Carlota y Fermina

 

Baracoa fue fundada el 15 de agosto de 1511 por el español Diego Velázquez. Es el más antiguo asentamiento de la Isla después de la llegada de los españoles y la primera capital.

 Al fondo, las montañas del Yunque que debe su nombre a la similitud de la misma con la pieza que usan los herreros.


El Parque Nacional Alejandro de Humboldt es una Reserva de la Biosfera, elegida Patrimonio de la Humanidad.

Por las conversaciones que tuvo Atamante con su padre, supo que don Crispo había amasado una inmensa fortuna sin haber cumplido los treinta años y que era propietario de un ingenio en Baracoa. Que se casó con una gran dama de la sociedad cubana, doña Zenobia, que le daría un hijo, a quien llamó Flavio. Que desde que empezó la exquisita educación de su hijo, él mismo, hasta entonces iletrado, aprendió a leer y escribir, e incluso algo de música, aprovechando que la institutriz había estudiado violonchelo en el conservatorio, y le apasionaba tocar las suites de Bach.

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Ingenio San Rafael, dibujado y litografiado por Eduardo Laplante del Libro de los Ingenios, publicado por L. Marquier (1857).

Valle de la Magdalena, dibujado y litografiado por Eduardo Laplante del Libro de los Ingenios, publicado por L. Marquier (1857).

Libro de los Ingenios (1857),  de Justo Germán Cantero y Eduardo Laplante. Reeditado en 2005


Libro de los Ingenios, de Justo Germán Cantero y Eduardo Laplante, publicado por L. Marquier (1857).

Don Crispo y su mujer fueron a visitar a doña Josefa de Cuesta, propietaria del ingenio San Rafael en el valle de La Magdalena, al suroeste de Matanzas. Doña Josefa, que pertenecía a la aristocracia criolla habanera, había recibido una educación bien distinta a la mayoría de las señoras de su linaje, que trataban a su servidumbre con despotismo. Mujer de carácter, no le tembló la mano para dirigir el ingenio al quedarse viuda.

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INGENIO ACANA, dibujado y litografiado por Eduardo LAPLANTE, del Libro de los Ingenios, publicado por L. Marquier (1857).

INGENIO AMISTAD, dibujado y litografiado por Eduardo LAPLANTE, del Libro de los Ingenios, publicado por L. Marquier (1857). Se pueden apreciar los elementos que componen el batey de un ingenio: casas de vivienda, casa de calderas, trapiche, barracones, almacenes, talleres, etc.

PLANO DEL BATEY DEL INGENIO PONINA. 

Cañaveral ardiendo

Grabado de 1870 representando una revuelta de esclavos en un ingenio azucarero.

Trapiche (molino para extraer el jugo de la caña) con tracción de bueyes. En los tiempos a los que se refiere esta escena de la novela, se estaban introduciendo en Cuba las primeras máquinas de vapor para mover el trapiche.
Esquema del proceso de elaboración del azúcar.
 En el molino se tritura la caña, separando el guarapo (jugo de caña) del bagazo. Su mecanización
comenzó a principios del Siglo XIX con la aplicación de trapiches horizontales de hierro movidos por
vapor. En la casa de calderas, el guarapo se alcaliza, clarifica y defeca, separando la cachaza de la
meladura. La introducción de evaporadores al vacío a partir de la década de 1840 revolucionó este
segundo proceso. Finalmente, la purga separa las mieles del azúcar de la meladura. Esta fue la última parte del ingenio que se mecanizó. 

Avanzada la noche, oyeron un sonido grave, repetitivo y lejano, como latidos de un corazón enfermo, y vieron enseguida un resplandor en la dirección del ingenio Triunvirato. Pensaron que se trataba de relámpagos y truenos, precediendo la caída de un aguacero. Transcurrido un tiempo, sintieron claramente el sonar de unos tambores y un segundo resplandor encendió el valle en las inmediaciones del ingenio Ácana.

No tardaron en ver nuevos resplandores, eran ya media docena de gigantescas antorchas que iluminaban todo el valle, donde las chimeneas de los ingenios y las palmas reales rivalizaban en magnificencia.

—Me temo, Josefa, que esos tambores no suenan a fiesta, sino a rebelión —dijo don Crispo, levantándose para ir hasta la loma más elevada del ingenio.

Desde allí pudo ver arder varios cañaverales, atravesando el fuego las guardarrayas, y lo que parecían las casas de sus amos, los barracones de los esclavos y el trapiche. Poco después vio extenderse las llamas por la zona del batey del ingenio San Miguel y, a continuación, el de San Lorenzo. 

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Lancero español en Cuba (izquierda)

Rancheador. Recibían ese nombre los individuos que se dedicaban a buscar y capturar a los esclavos en fuga (cimarrones) o ya ubicados en palenques, y que actuaba por iniciativa propia o contratado por los amos o las autoridades.

Un rancheador típico era un individuo que, armado de una escopeta, un cuchillo, un machete, sogas y montado en un caballo o incluso a pie, partía en un pequeño grupo o partida a la búsqueda de los fugitivos. Se auxiliaban de fieros perros especializados en el rastreo de los negros.

Monumento al esclavo rebelde en la provincia de Matanzas, Cuba, en las ruinas del ingenio Triunvirato. Conjunto escultórico que rinde homenaje a Carlota y sus compañeros de sublevación.

Mientras hablaban, llegó una columna de lanceros enviados por el gobernador de Matanzas, al que se había incorporado un grupo de rancheadores  y algunos trabajadores blancos que habían conseguido huir de los ingenios en llamas.

Las noticias eran confusas. El administrador del ingenio Triunvirato contó que oyó una algarabía, salió a ver qué pasaba y vio a unos rebeldes lucumíes  armados con machetes, entre ellos una mujer fornida llamada Carlota, atacando al mayoral, bañado ya en sangre, en tanto que otros esclavos prendían fuego a los edificios del batey. Entendió que lo mejor era correr a los establos, montar a caballo y escapar para alertar a las autoridades.

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