Chronos II
Vídeo editado con extractos de varios documentales sobre Bola de Nieve Su mano derecha evocaba la fascinación del niño que fue, encaramado a una ventana para escuchar a Liszt y Chopin interpretados por un vecino, en tanto que su mano izquierda tan pronto parecía tañer la piel de los tambores batá, ungidos en ceremonias santeras de su Guanabacoa natal, como desgranaba los toques ancestrales a libertad que se oyeron en los cañaverales, entre compases y armonías de blues y de jazz. Era capaz de moldear las canciones a su antojo y transmitir ironía, amor, tristeza, desgarro, melancolía y soledad, mucha soledad. Exhibía un fraseo, una dicción y un timbre de voz camaleónicos: desapacible y picarón como el voceo de un pregonero; delicado y manso como el arrullo de una canción de cuna; roto y estremecido como el llanto amargo de un amante atormentado. © Todos los derechos reservados (#eltempletedelasmusas) Bola de Nieve, La vie en rose —No soy exactamente un cantante, mi voz es la de un vende