La fuente de las musas I


Tropicana nació en medio de unos jardines de exuberante vegetación tropical en Marianao, dominada por imponentes palmas reales, palmas canas, mamoncillos, bambús, mangos, guanábanas, mameyes y anones que coexistían con orquídeas cosmopolitas, naranjos cuyas semillas llevó Colón y acacias, de esas que envenenan en África a las jirafas que las ramonean en exceso. Los nombres de estos árboles evocaron a Atamante «el jardín de la memoria» y le costó seguir la historia que doña Gloria le narró a continuación...

Atamante retuvo lo esencial: Regino du Repaire de Truffin, un rico industrial azucarero de origen francés, llamó a la finca Villa Mina, en honor a su segunda esposa, Mina Pérez de Abreu, a quien los columnistas del papel cuché llamaron la «dictadora social» de la época, por las fiestas que organizaba, en vida de su marido, en aquella arboleda que veneraba...


Primero sucedió lo de su yerno, el marido de su hijastra Regina...  Clemente Vázquez Bello, un político querido y brillante…

presidente del Senado y firme candidato a gobernar el país... Mi padre lo apreciaba mucho. 

Lo ametrallaron cuando volvía en carro a su casa desde el Habana Yacht Club, pegado a Las Fritas...

El parabrisas del que maneja quedó como un colador. ―Doña Gloria se sorprendió a sí misma utilizando un término tan coloquial―. Murió en el hospital.

Como se supo pronto, Vázquez Bello era solo un señuelo ―continuó doña Gloria a un ritmo más vivo, señal de que el impacto de aquel recuerdo amargo le había despejado su mente―. Con anterioridad, unos integrantes del grupo ABC habían excavado una galería subterránea en el cementerio Colón que llegaba hasta la cripta de la familia y colocado debajo tremenda cantidad de explosivos. 

Doña Gloria le explicó, como pudo, que aquel nombre lo habían tomado de su forma de organizarse en células, en varios niveles que denominaron con las primeras letras del alfabeto. Se había fundado contra el gobierno de Machado. Eran intelectuales y profesionales de clase media, con algunas ideas fascistoides y un emblema inspirado en la estrella de David.

¡Un arroz con mango! ―terminó su alocución doña Gloria.

Se conoció como bomba sorbetera por los recipientes que usaron, de esos con los que se hacían helados antiguamente. Figúrate que la iban a detonar al bajar el ataúd a la tumba. Querían asesinar a Machado y los miembros del gobierno, representantes de la Cámara, senadores y diplomáticos extranjeros que acudieran al entierro. Por suerte, la viuda respetó la voluntad de su marido y lo enterró en Santa Clara, su pueblo natal, y se evitó la masacre...

Después de estar viuda unos cuantos años, Mina contrajo matrimonio con un senador norteamericano, ahora mismo no recuerdo su nombre ―dijo con fastidio doña Gloria―. El senador le llevaba treinta años... 

Tras pasar unos días de luna de miel en una playa de Florida, tomaron un tren hacia Washington para la toma de posesión de Roosevelt, que le había nombrado fiscal general.

Antes de llegar a su destino, el pobre hombre largó el zapato,[1] un ataque al corazón, y ella volvió a enviudar. Tras esa mala experiencia, decidió arrendar la finca.


[1] Morir.

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