La última travesía

 

Réplica moderna de un Clipper de Baltimore del siglo XIX.

Sarabande de la Suite No 3 in Do mayor de Bach. Concierto de la violonchelista Iris Azquinezer en Torrelodones (Madrid). Grabado por amaranta.tv (Sholeh Hejazi)

—Su barco, que llamó Sarabande en honor a Bach, era un hermoso clíper de trescientas toneladas construido en Baltimore.

Atamante recordó una insinuación de Secundino, dándole a entender que el amor de su tatarabuelo por la cultura y por su institutriz iban unidos, y pensó que aquel nombre lo eligió en realidad por la chelista y no por el músico, pero no quiso interrumpirle.

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Imagen extraída del libro de HM Stanley "El Congo y la fundación de su estado libre; una historia de trabajo y exploración (1885)"
Mapa del estuario del río Cross c. 1820, río Calabar al NE. Entonces no se sabía que el río Cross era el más grande, por lo que el estuario recibió el nombre de Calabar.

Río Calabar, Nigeria (2005).

Entierro del masouc Andris Poncouta, Macaye y vista de la montaña Cabinda 1786-87

Tras la declaración de independencia de Angola en noviembre de 1975, Cabinda fue invadida por fuerzas del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), con el apoyo de tropas cubanas . El MPLA derrocó al gobierno provisional del FLEC e incorporó Cabinda a Angola.
Playa de Cabinda.

Bajo el dominio portugués, Cabinda fue un importante centro agrícola y forestal, y en 1967 descubrió enormes yacimientos petrolíferos en alta mar. Cabinda produce 700.000 barriles de crudo al día, un 60% de la producción de Angola.

—En el viaje de ida no hubo temporales ni encontraron navíos ingleses a los que enfrentarse o rehuir. El primer puerto negrero fue Calabar, donde recogieron doscientos esclavos lucumíes. Siguieron navegando hasta llegar a Cabinda e intercambiaron parte de la carga, siguiendo las instrucciones del factor.  Allí, un marinero que tuvo un acceso de fiebre en el trayecto murió, así que reclutó a un francés cuyo barco había sido apresado por los ingleses.

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La travesía del barco francés Le Rodeur, propia del comercio triangular, se inició el 24 de enero de 1819 en el puerto de Le Havre, con una tripulación de veintidós hombres, llegando a la desembocadura del río Calabar el 14 de marzo, donde cargó ciento sesenta esclavos. Partió de la costa africana hacia Guadalupe el 6 de abril y, al pasar el ecuador, aparecieron los primeros síntomas de Oftalmía entre los negros, que se agravaron por la escasez de agua y la impureza del aire que respiraban en la bodega. Por consejo del cirujano, los subieron a cubierta, pero algunos de ellos, atados de dos en dos, saltaron por la borda, con la esperanza de que la corriente los devolviera a África. Para evitar que se repitiera, el capitán ordenó que varios de los que detuvieron en el intento fueran fusilados o ahorcados delante de sus compañeros. La enfermedad se extendió entre la tripulación; y uno tras otro fueron contagiados, hasta que sólo quedó uno indemne. En medio del océano se cruzaron con otro barco; era el esclavista español, León. La misma enfermedad había aparecido allí, pero con peor suerte: ¡toda la tripulación se había quedado ciega! Temiendo que el marinero cuya vista permanecía intacta fuera atacado, el capitán de Le Rôdeur negó el auxilio a los del León y ambas naves se separaron. Nunca más se oyó hablar del barco español.

Poco a poco, algunos esclavos y marineros fueron recuperando la vista con los tratamientos improvisados del cirujano. Cuando estaban avistando la isla de Guadalupe el 21 de junio, el propio cirujano y once marineros quedaron ciegos; el capitán y otros cuatro tripulantes perdieron la vista de un ojo; y cinco podían ver, aunque vagamente; el único hombre que había escapado de la enfermedad, y había sido capaz de conducir el negrero al puerto, se contagió tres días después de su llegada. Los esclavos ciegos ascendían a treinta y nueve. El capitán, para ahorrar el gasto de mantener a los esclavos ciegos, que eran invendibles, y reclamar a los aseguradores la compensación económica, ordenó arrojar al mar a los treinta y nueve esclavos ciegos. El 17 de septiembre cargó mercancías en St. Thomas y regresó a Le Havre el 22 de octubre. La ilustración corresponde a otra masacre aún más numerosa, la del barco negrero Zong, de la que ya os he hablado.

Lo que sucede en el barco Sarabande de la novela está inspirado en el viaje del barco francés Le RodeurLa primera referencia escrita sobre el viaje del Rôdeur fue un artículo del Dr. Sébastien Guillié,(1780-1865). jefe de medicina del Instituto Real para la Juventud Ciega de París, que apareció en la revista “Bibliotèque Ophtalmogique” (1820), pocos meses después del regreso de Le Rôdeur al puerto de Le Havre, basado presumiblemente en el testimonio del cirujano del barco M. Maignan.

‎París, 1817, frontispicio, litografía que representa a dos ciegos, una mujer joven y un hombre joven, sentados bajo el retrato de busto del matemático ciego Nicholas Saunderson (1682-1739), inventor de una tabla de aritmética palpable. Este ensayo de Guillié ofrece un método por el tacto, basada en la lectura mediante caracteres en relieve, método de su invención, así como la práctica música e imprenta - esta edición fue impresa por ciegos. Es anterior al método Braille, que estudió   

Fotografía del dr. Guillié tomada el año que murió (1865). Un año después de esta publicación, fundó una clínica para enfermedades oculares en París. Se presentó como un digno sucesor de Haüy, quien fue uno de los primeros en interesarse por el futuro sociocultural de los ciegos y fundó la primera escuela para ciegos en París, que se ha convertido en el Instituto Nacional de la Juventud Ciega.

Portada de la revista “Bibliotèque Ophtalmogique” del Dr. Guillié (1820).

Instituto Nacional de la Juventud Ciega de París.

Henri-Benjamin Constant (1767 - 1830), pintado por Lina Vallier,  pensador político, activista y escritor suizo-francés. Elegido diputado en 1818, permaneció en el cargo hasta su muerte en 1830. Jefe de la oposición liberal, conocida como Indépendants, fue uno de los más notables oradores de la Cámara de Diputados de Francia e impulsor del sistema parlamentario. Además de sus numerosos ensayos sobre temas políticos y religiosos, escribió sobre el amor romántico, como en su autobiográfico Le Cahier rouge (1807) y en la novela  Adolphe (1816), donde cuenta su amor por Madame de Staël, de quien se convirtió en protegido y colaborador.

Madame de Staël con su hija Albertine, presunta hija de Constant hacia 1805, pintada por Marguerite Gérard.

Le Cahier rouge es una novela de Benjamin Constant escrita en 1807 y publicada póstumamente en 1907. Portada de la primera edición.



Portada y frontispicio del libro de M. J. Morenas "Historia precisa de la trata de negros y la esclavitud colonial".

El caso de Le Rôdeur ilustraba tantas iniquidades y crímenes propios del comercio de esclavos, que sirvió de ejemplo en varios escritos e iniciativas de escritores y parlamentarios abolicionistas franceses e ingleses del siglo XIX. El discurso de Benjamin Constant en la Cámara de Diputados de Francia, del día 27 de junio de 1821, con motivo de la segunda petición contra el tráfico de esclavos en Senegal, presentada por el botánico antiesclavista M J Morénas, se refirió a este caso. Constant mostró ante la Cámara la copia del artículo del Dr. Guillié sin corregir, que incluía la frase "trente-neuf nègres devenus aveugles ont été jetés à la mer" e hizo hincapié en que los hechos fueron conocidos por las autoridades de Guadalupe y por el Ministerio de Marina francés, sin que hicieran nada para castigar estos delitos: ni la embarcación ni la carga fueron confiscadas; y el capitán volvió a comandar el mismo barco en otro viaje con idéntico propósito a principios del año siguiente. Posteriormente, el propio Morénas se refirió al caso en su libro de historia sobre la esclavitud (1828).

Robert Stewart, 
Lord Castlereagh (1769 - 1822), político y estadista anglo irlandés. Como Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido (1812-1822), fue central en la gestión de la coalición que derrotó a Napoleón y en el Congreso de Viena. En noviembre de 1820 transmitió al embajador en Francia, Sir Charles Stuart, sus dudas sobre las garantías de que el comercio de esclavos se estuviera reprimiendo en Francia. Entre los casos que expuso para probar sus afirmaciones relató con detalle el caso de Le Rôdeur, que a su juicio hubiera requerido la intervención del gobierno francés y pidió explicaciones.

William Wilberforce (1759 - 1833), político, filántropo y abolicionista inglés, quien siendo miembro del Parlamento Británico, lideró una campaña en contra de la esclavitud. Propuso un proyecto de ley a la Cámara de los Comunes para eliminar la esclavitud en 1791, que estuvo defendiendo hasta que fue aprobado por el Parlamento Británico en 1807. 

Alejandro I de Rusia (San Petersburgo, 23 de diciembre de 1777-Taganrog, 1 de diciembre de 1825), pintado por George Dawe. Emperador del Imperio ruso desde el 23 de marzo de 1801, rey del Zarato de Polonia desde 1815 y primer gran duque de Finlandia.

Wilberforce escribió en 1822 al zar de Rusia una carta en la que le pedía que presionase a los ministros de las potencias contratantes del Congreso de Viena para que no traicionaran “nuestra noble causa”. En la carta, que fue enviada a todos los miembros de las legaciones de Francia, Bélgica, España y Portugal, se incide en la idea de que “los horrores abominables de los que África fue durante tanto tiempo el teatro sangriento, y que usted pensó que terminaron para siempre, se renuevan hoy, con más furia que nunca antes”. Entre las historias que le relata, se incluye el caso de Le Rôdeur.

La Cámara de los Comunes en la época de Wilberforce por Augustus Pugin y Thomas Rowlandson (1808–1811)

Thomas Clarkson (1760 - 1846), abolicionista inglés y uno de los principales activistas contra la trata de esclavos en el Imperio Británico, 
que persuadió a Wilberforce para que asumiera la causa de la abolición. Ayudó a fundar la Sociedad para la Abolición del Comercio de Esclavos y ayudó a lograr la aprobación de la Ley de Comercio de Esclavos de 1807, que puso fin al comercio británico de esclavos. 

Thomas Clarkson había incluido el caso de Le Rôdeur en su informe titulado “The cries of Africa to the Inhabitants of Europe” (1821). Este informe mostraba una breve, pero dramática y asombrosa, historia de los crímenes atroces cometidos en la trata de esclavos africanos. Una de las fuentes de información que citó con frecuencia, por su autoridad y credibilidad, fueron los libros del célebre viajero escocés Mungo Park.


—Salieron de noche —continuó su padre— y, aprovechando la fuerza de la corriente del río en su desembocadura, pronto se encontraron a decenas de millas mar adentro. Al despertar, el marinero francés se quejó de un leve hormigueo en los bordes de los párpados, que luego enrojecieron e inflamaron. Al día siguiente, la hinchazón aumentó y sufría un dolor agudo e intolerancia a la luz. El tercero, le apareció una secreción amarillenta y apenas lograba abrir los ojos. Don Crispo se empezó a preocupar porque conocía los síntomas: oftalmia egipcia.
—¿Por qué se llamaba egipcia?

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El general Bonaparte y su estado mayor en Egipto, de Jean-Léon Gérôme (1867). 

La campaña militar francesa de Egipto y Siria, dirigida por el general Bonaparte y sus sucesores, desde 1798 hasta 1801, tuvo como objetivo apoderarse de ambos territorios otomanos y bloquear el camino hacia la India a los británicos. Se combinó con una expedición científica, por lo que muchos historiadores, botánicos, dibujantes acompañaron al ejército para redescubrir las riquezas de Egipto.

Embarque del ejército francés en Toulon con destino a Egipto en 1798. Izquierda: Bonaparte y sus generales. 
Unos 40.000 soldados y 10.000 marineros salieron de los puertos del Mediterráneo francés. Napoleón se embarcó en Toulon con 13 navíos de línea, 14 fragatas y 400 barcos de transporte. Para evitar ser interceptados por los barcos británicos al mando de Nelson, el destino de la expedición se mantuvo en secreto. A la flota en Toulon se unieron escuadrones de Génova, Civitavecchia y Bastia.

Napoleón conquistando Malta (Anónimo). 
Veinte días después de zarpar, la fuerza expedicionaria se encontraba frente a Malta. Bonaparte, ante la negativa del Gran Maestre de la Orden de Malta de acogerlos y ofrecerles suministros, decidió tomar la isla y, gracias a que la mitad de los caballeros eran franceses y se negaron a luchar, bastaron veinticuatro horas de hostilidades para que el Gran Maestre entregara la fortaleza de La Valette. Al apoderarse de Malta ganaba además una importante posición estratégica en el Mediterráneo. Antes de abandonar la isla, liberó a los cautivos berberiscos, con objeto de mejorar la imagen de las tropas francesas entre las poblaciones musulmanas, antes de la invasión de una tierra del Islam.

Desembarco de las tropas de Napoleón en Egipto en julio de 1798, Museo de la Revolución Francesa - Vizille. 
Trece días después de salir de Malta, la flota francesa estaba a la vista de Alejandría. Informado de que los egipcios pretendían oponer resistencia, se apresuró en desembarcar, y de madrugada el ejército llegó bajo los muros de la plaza. Iniciado el asalto, pronto las fuerzas egipcias cedieron y huyeron.

Bonaparte ante la esfinge, de Jean-Léon Gérôme
 (c. 1868), Castillo Hearst

Pintura de Louis-François Lejeune dónde se aprecia la disposición de ambos ejércitos (1808). 
A 15 km de las pirámides de Giza, y 6 km de El Cairo se encontraron una fuerza de 40.000 mamelucos que formaban una media luna de 15 kilómetros junto al Nilo. Los mamelucos tenían una poderosa caballería pero, a pesar de ser superiores en número, estaban armados solo con espadas, arcos y flechas; desconocían la disciplina y no creían en los cañones; frente a los mosquetes y cañones franceses. «¡Soldados! ¡Desde lo alto de esas Pirámides, cuarenta siglos os contemplan!», dijo Napoleón. Y dispuso sus cinco divisiones en cinco cuadros, con los cuatro cañones en las esquinas: cinco ciudadelas vivas, protegidas con el acero de las bayonetas.

Batalla de las pirámides, Francois-Louis-Joseph Watteau (1798-1799). 
Durante una hora se sucedieron las cargas de los mamelucos; sin embargo, la mayor experiencia y potencia de fuego francesa los diezmó. Tras la batalla, Francia obtuvo El Cairo y el bajo Egipto. Después de la derrota de su legendaria caballería, el ejército mameluco de El Cairo se dispersó a Siria para reorganizarse. La batalla puso fin a 700 años de mandato mameluco en Egipto. De las 300 bajas francesas, solo 40 eran muertos. Las de los mamelucos fueron de 5.000 entre muertos, heridos y prisioneros.

L'Orient explota en la Batalla del Nilo, de George Arnald. Franklin es el barco en el extremo izquierdo de la imagen, y casi se incendia ella misma por la caída de escombros. El ataúd de Nelson se construyó con la madera del palo mayor de L'Orient. 

La Batalla del Nilo: Destrucción de L'Orient , 1 de agosto de 1798, de Mather Brown. Pintura inacabada. 

Los barcos de transporte habían regresado a Francia, pero la flota de guerra se quedó anclada en la bahía de Abukir y apoyó al ejército a lo largo de la costa. La flota británica bajo el mando de Horatio Nelson había estado buscando en vano a la flota francesa durante semanas. No la había encontrado a tiempo para evitar los desembarcos en Egipto, pero el 1 de agosto descubrió los buques de guerra franceses. Los franceses creían que estaban abiertos al ataque solo por un lado, protegidos por la costa. Durante la batalla, la flota británica logró deslizar la mitad de sus barcos entre la tierra y la línea francesa, atacando así desde ambos lados. En pocas horas, 11 de los 13 navíos de línea franceses y 2 de las 4 fragatas francesas fueron capturados o destruidos; los cuatro barcos restantes huyeron. Esto frustró el objetivo de Bonaparte de fortalecer la posición francesa en el mar Mediterráneo y, en cambio, lo puso totalmente bajo control británico.

Pierre-Narcisse Guérin (1774-1835). El levantamiento en El Cairo. Napoleón extiende la amnistía a los líderes de la revuelta durante su campaña en Egipto en 1798.

Anne-Louis Girodet-Trioson (1767-1824) - Révolte du Caire, 21 de octubre de 1798. Huile sur toile

En un mes Napoleón se había hecho con el control del país: Kléber dominaba el delta del Nilo; Menou había tomado el puerto de Rosetta; Desaix perseguía a los mamelucos en el Alto Egipto; mientras que los sabios, remontando el río, exploraban Asuán, Tebas, Luxor y Karnak. Sin embargo, la situación se había complicado tras la derrota de Abukir y el imperio otomano había pactado con los británicos y declarado la guerra a Napoleón. Por si fuera poco, el creciente rechazo egipcio desembocó en una sangrienta sublevación en El Cairo que costó la vida a 300 franceses y más de 5000 egipcios.

Napoleón en el Cairo, de Jean-Léon Gérôme (1863).

Léon Cogniet - Colección del palacio de Versailles. Batalla de Mont Thabor, 16 abril de 1799.

La falta de víveres y la desmoralización de la tropa obligaron a Napoleón a retirarse de Siria y Palestina, donde había perdido a más de 5000 hombres. El camino de vuelta a Egipto fue una agonía, por el continuo hostigamiento de las partidas árabes, viéndose forzado a dejar atrás a una treintena de soldados heridos. Aislado por el dominio británico en el mar, sin posibilidad de recibir suministros, y habiendo fracasado en la antigua provincia romana de Judea, se convenció de que llegar a la India era imposible.

Antoine-Jean Gros - Batalla de Aboukir, 25 julio 1799

La batalla de Aboukir, 25 de julio de 1799, la última batalla de Bonaparte en Egipto. Louis-François Lejeune (1775-1848). Colecciones del Palacio de Versalles

Retrato de Mustafá Pachá, por Konstantin Kapıdağlı , c. 1804-1806. Se aprecia que le faltaban tres dedos de su mano izquierda.

Napoleón, viendo que no lograba ningún avance en la campaña egipcia y que, lejos de la metrópoli, se quedaría al margen de un nuevo reparto de poder, decidió regresar a París. Mientras se preparaba para hacerlo, recibió la noticia de que Nelson estaba cañoneando las defensas francesas en Abukir y había desembarcado un contingente otomano de 15.000 hombres que habían aniquilado el batallón del general Marmont. Sintiéndose atrapado y sin posibilidad de retirada, ordenó que todas las tropas diseminadas por Egipto se reagrupasen para recuperar Abukir. y así poder repatriarlas.

El ataque empezó con fuego artillero contra los buques anglo-otomanos, a los que obligó a retirarse. Una vez sin cobertura naval, Napoleón ordenó atacar, pero la resistencia otomana hizo fracasar las primeras cargas francesas. Cuando Napoleón discutía los planes a seguir, el pachá contraatacó y mandó cortar la cabeza de las tropas enemigas, estuvieran vivos, muertos o heridos. En lugar de provocar el terror esperado, desató la ira de los franceses, que cargaron a la bayoneta en una lucha sin cuartel; lo hicieron de forma desordenada, pero su rabia les impulsó a desbordar las posiciones otomanas.

Tras duros combates, la caballería de Murat logró tomar el último bastión donde se había refugiado el líder otomano. Al capturar a Mustafá Pachá, Murat le amputó tres dedos de un sablazo, advirtiéndole que le seccionaría «partes más importantes» si volvía a decapitar a sus hombres. La batalla terrestre en Abukir fue la última acción de Bonaparte en Egipto, recobrando en parte su reputación después de la derrota naval sufrida un año antes en el mismo lugar. 


Bonaparte llegando a Fréjus el 9 de octubre de 1799 — Johan Hendrik Louis Meijer (1843), Colecciones del Palacio de Versalles.

Napoleón abucheado en el Consejo de los Quinientos, por el golpe de Estado del 18 de brumario, pintura de François Bouchot 

Lucien Bonaparte,  hermano de Napoleón, por François-Xavier Fabre

Emmanuel Joseph Sieyès, por Jacques Louis David

Pierre Roger Ducos por Edme Quenedey.

Charles Maurice de Talleyrand. Príncipe de Talleyrand y Périgord, por François Gérard

Napoleón como Primer Cónsul, por Antoine-Jean Gros (1802).

Su viaje de regreso, en agosto de 1799, se hizo en secreto. Una visita al delta del Nilo fue el pretexto para salir de El Cairo; le acompañaron varios eruditos y generales de confianza. Durante la travesía, que duró 41 días, no encontraron un solo barco enemigo; lo cual fue bastante sospechoso, teniendo en cuenta el dominio británico en el Mediterráneo ―hay quien afirma que hubo un acuerdo tácito entre ambos bandos―. Cuando la costa estuvo a la vista, diez barcos británicos fueron avistados. El capitán sugirió cambiar el rumbo hacia Córcega, pero Bonaparte se negó, diciendo: «No, esta maniobra nos llevaría a Inglaterra y quiero llegar a Francia». Esta decisión los salvó y el 8 de octubre las fragatas anclaron en las cercanías de Fréjus.

Aunque fue acusado por sus oponentes políticos de abandonar a sus tropas, su partida había sido autorizada por el Directorio, tras sufrir varias derrotas militares contra las fuerzas de la Segunda Coalición. Cuando llegó a París, la situación militar había mejorado algo, pero la República estaba en bancarrota y el Directorio estaba en su nivel más bajo de popularidad. Uno de los Directores, Sieyes, pidió a Bonaparte su respaldo para dar un golpe de Estado. La trama involucraba también al hermano de Bonaparte, Lucien, presidente del Consejo de los Quinientos, a otro Director, Roger Ducos, y al omnipresente Talleyrand. El 9 de noviembre (18 de Brumario), tropas dirigidas por Napoleón tomaron el control y dispersaron a los consejos legislativos, de forma que Bonaparte, Sieyes y Ducos quedaron como cónsules provisionales. Si bien Sieyes pretendía dominar el nuevo régimen, Bonaparte se adelantó redactando la Constitución del Año VIII, asegurando su elección como primer cónsul y convirtiéndose en la persona más poderosa de Francia. Poder que fue incrementando hasta coronarse como emperador en 1804.

General Jean Baptiste Kleber (Jean Urbain Guérin) - Erik Cornelius / Nationalmuseum

Batalla de Heliópolis, de León Cogniet. Colecciones del castillo de Versailles.

Asesinato de Kléber , pintura en el Musée historique de Strasbourg. Taller de Antoine-Jean Gros 



"Souleymân-El Haleby, asesino de Kléber". André Dutertre

Victoria británica sobre los franceses en la batalla de Alejandría en 1801. Philip James de Loutherbourg.

Antes de partir, Napoleón dejó al mando a Kléber y le dijo que resistiera hasta enero de 1800. Si en esa fecha no recibía refuerzos, munición y víveres de la metrópoli, podría rendirse. Pasada esa fecha, negoció con los otomanos la Convención de El Arish, en cuyos términos se aseguraba la evacuación de las tropas francesas, pero Reino Unido se negó a firmar. La situación se fue complicando. En primavera, una sublevación popular les expulsó de El Cairo, mientras los mamelucos continuaban hostigando sus posiciones militares. Aun así, Kléber, con un ejército desmotivado, minado por el cólera y sin munición suficiente, derrotó en Heliópolis al contingente otomano que se disponía a reconquistar Egipto. Además, recuperó El Cairo, después de una dura represión.

El 14 de junio, un estudiante sirio llamado Suleiman al-Halabi asesinó a Kléber con una daga. El comité que juzgó al asesino decidió seguir las costumbres egipcias y condenó al asesino a ser empalado, después de haberle quemado la mano derecha; y tres de los jeques culpables serían decapitados y sus cuerpos quemados.

El mando del ejército francés pasó al general Menou y los anglo-otomanos comenzaron su ofensiva terrestre, derrotando a los franceses en la batalla de Alejandría el 21 de marzo. El Cairo cayó en junio y, finalmente sitiado en Alejandría del 17 de agosto al 2 de septiembre, Menou capituló ante los británicos.


La expedición egipcia bajo las órdenes de Bonaparte, pintura de Léon Cogniet, principios del siglo XIX.

Napoleón Bonaparte , de camino a la expedición egipcia , discute con los estudiosos de la Comisión de Ciencias y Artes en el puente del buque l' Orient.

Científicos de la Campaña Egipcia frente al Templo de Dendera , 1819 por François-Martin Testard.

Caricatura realizada por el artista británico James Gillray: académicos franceses en El Cairo

Caricatura coloreada a mano de 'Buonaparte saliendo de Egipto'. Otra sátira ridiculizando la campaña de Napoleón del mismo autor. El pie de foto hace referencia a un grupo de 'Cartas interceptadas del general Kléber, al directorio francés' en las que denunciaba a Napoleón como 'desertor del ejército de Egipto' y que, como estrategia de propaganda, el gobierno británico publicó. «¡Me había designado para encontrarme con él en Rosetta al día siguiente!». 

Cortes y vista interior de una gran sala de la casa de Hasan Kâchef, destinada al instituto.

Jardines del Instituto de Egipto, por André Dutertre.

La década egipcia anuncia la creación del Instituto de Egipto


El instituto en 2007
Cientos de manifestantes protestan frente al Instituto Egipcio, asaltado e incendiado durante la Revolución egipcia de 2011.


La armada que partió de Toulon no solo transportaba miles de soldados y marineros, sino también a 167 «ingenieros, eruditos y artistas» reclutados por Napoleón para formar parte de la Comisión de las Ciencias y de las Artes de Oriente. Hay 4 matemáticos, 4 astrónomos, 4 arquitectos, 4 economistas, 3 anticuarios, 9 dibujantes, grabadores, escultores, músicos, 7 médicos y cirujanos, 4 farmacéuticos, 6 botánicos, zoólogos, 4 mineralogistas, ingenieros de minas, 5 químicos, 15 geógrafos, 27 ingenieros civiles, 6 ingenieros marítimos, 16 mecánicos, 9 orientalistas, intérpretes, 3 escritores, 24 impresores con caracteres latinos, griegos y árabes. Más de una veintena de sus miembros murieron en Egipto por enfermedad, en combate o asesinados.

Originalmente, estaban destinados a ayudar al ejército, realizando labores de ingeniería y mejorando las infraestructuras; y estudiaron la posibilidad de construir un canal entre el Mediterráneo y el mar Rojo, desde Suez (el proyecto se materializaría durante el reinado de Napoleón III, de la mano de Ferdinand de Lesseps). Pero también fundaron el Instituto de Egipto, cuya misión era propagar la Ilustración en Egipto; ayudaron a mejorar las prácticas agrícolas y las técnicas arquitectónicas; crearon una revista científica, la Década Egipcia; exploraron el Nilo y los restos arqueológicos del Antiguo Egipto, copiando textos, dibujando edificios antiguos, realizando estudios etnológicos, geológicos, zoológicos y botánicos.


Gaspard Monge (1746-1818) (Museo de la Historia de Francia (Versalles), por Jean Guillaume Elzidor Naigeon (1842). Matemático, inventor de la geometría descriptiva. Uno de los miembros fundadores de la École Polytechnique. Presidió varias instituciones académicas y políticas (Senado).



Jean-Baptiste Joseph Fourier (1768-1830), por Louis Léopold Boilly. Matemático y físico, conocido por su método para analizar las funciones periódicas a través de su descomposición en una suma infinita de funciones sinusoidales, que desarrolló para resolver la ecuación del calor. Fue el primero en dar una explicación científica al efecto invernadero, cuestión que le debió obsesionar después de estar en Egipto.


Étienne Louis Malus (1775 – 1812). Físico, matemático e ingeniero militar francés. Descubrió la polarización de la luz y desarrolló la teoría de la birrefringencia y la ley de Malus.

Claude Louis, conde Berthollet​ (1748 - 1822). Químico. Contribuyó a concebir el sistema de nomenclatura de los compuestos químicos e inventor de la lejía


Déodat de Dolomieu (1750-1801), por M. Cordier. Geólogo. Primero en describir la dolomía, que recibió este nombre en su honor, de elevada proporción de magnesio, distinguiéndola de la caliza, cuyo principal componente es el calcio.

Dominique Vivant (1747 -1825 ), por Robert Lefèvre. Artista, dibujante y grabador, escritor, diplomático, viajero y coleccionista de arte. Considerado un gran precursor de la museología, la historia del arte y la egiptología. Primer director del Musée central de la République, futuro Museo del Louvre.

Nicolas-Jacques Conté (1755-1805). Pintor, físico y químico francés, conocido por haber inventado el lápiz tal como lo conocemos hoy en día. Durante un experimento, intentando producir hidrógeno para inflar globos de observación, resultó herido por la explosión de un matraz y perdió el ojo izquierdo.

El grupo de 167 científicos y especialistas reclutados por Napoleón eran expertos en distintas materias del saber: matemáticos, físicos, químicos, biólogos, ingenieros, arqueólogos, geógrafos, historiadores... Formaron la Comisión de las Ciencias y de las Artes de Oriente. Entre ellos figuraban el matemático Gaspard Monge,​ el también matemático Jean-Baptiste Joseph Fourier,6​ el físico Étienne-Louis Malus,6​ el químico Claude Louis Berthollet (inventor de la lejía), el geólogo Déodat de Dolomieu o el barón Dominique Vivant Denon, años más tarde director del Museo del Louvre.

Bajo la dirección de Vivant Denon, realizaron labores de ingeniería y urbanismo e introdujeron mejoras de infraestructura. Estudiaron la posibilidad de construir un canal entre el Mediterráneo y el mar Rojo, desde Suez (el proyecto se materializaría años más tarde, durante el reinado de otro Bonaparte, Napoleón III, y de la mano de Ferdinand de Lesseps); al mismo tiempo, exploraron el Nilo y los restos arqueológicos del Antiguo Egipto.

Durante dos años recorrieron el país haciendo exploraciones arqueológicas, copiando textos, dibujando edificios antiguos, realizando estudios etnológicos, geológicos, zoológicos y botánicos. Todos estos trabajos quedaron recogidos en la Description de l'Égipte, publicada en veinte tomos entre 1809 y 1822, que se convirtió en la máxima referencia de la egiptología durante décadas.

Portada de la edición de 1809

Frontispicio del primer volumen


Portada de la segunda edición de 1820 dedicada a Luis  XVIII

Frontispicio de La descripción de Egipto, segunda edición (única lámina en color).

Isla de Philae. 1.2. Bajorrelieves de colores, tallados bajo el pórtico del Gran Templo; 3-24. Detalles de coeffres simbólicos.

Edfu [Idfu] (Apollinopolis Magna). Vista en perspectiva del pilón y el patio del Gran Templo.


Vista de la Esfinge y la Gran Pirámide de Memphis, tomada desde el sureste

Vista del obelisco llamado Aguja de Cleopatra y torre romana, tomada desde el suroeste

Bajorrelieves y fragmentos jeroglíficos tallados en las tumbas ubicadas al este de la segunda pirámide de Memphis.

Bajorrelieves tallados en las tumbas ubicadas al este de la segunda pirámide de Memphis.

Vistas de la galería superior de la Gran Pirámide de Memphis, tomadas desde el nivel superior y el nivel inferior

Zoología. Pájaro. 1. Milano negro o parásito (Milvus ater); 2. Búho ascalafíco o egipcio (Strix acalaphus).

Zoología. Reptiles. Áspid de Cleopatra.

La Descripción de Egipto, la colección de observaciones e investigaciones que se realizaron durante la campaña de Egipto, publicada por orden de Napoleón, fue la obra monumental que recogió las aportaciones de todos los eruditos que lo acompañaron, en la tradición de los viajes de exploración científica del siglo XVIII y del enciclopedismo.

De hecho, fue la primera enciclopedia dedicada exclusivamente a Egipto. Consta de textos de descripciones y memorias, ilustrados por un gran número de láminas. Presentan tanto la Antigüedad como la Historia Moderna de Egipto, bajo diferentes aspectos: arquitectura, agricultura, lengua, música, vestuario, sociología, medicina, historia natural y cartografía detallada. En la época de su publicación, fue la obra impresa más grande del mundo y su influencia fue tal que consiguió establecer la egiptología como una disciplina intelectual e inspirar pasión por el arte egipcio antiguo en el mundo occidental.

Esta obra tuvo dos ediciones: la primera, llamada “edición imperial”, de 1809, la de Napoleón; la segunda, conocida como la “edición Panckoucke” de 1820, bajo los auspicios de Luis  XVIII.

Retratos del artista en diferentes edades, Dominique Vivant Denon (1818) - Museo de Arte de Cleveland













Además de la obra conjunta, varios miembros de la Comisión escribieron libros y memorias sobre la expedición egipcia: Etienne Malus, los hermanos Villiers du Terrage, Prosper Jollois y P. Lefevre-Pontalis, entre otros. Pero fue la publicación en 1802 de Voyage dans la basse et haute Egypte de Vivant Denon, que había acompañado a Bonaparte en su regreso a Francia, la que desempeñó un papel importante en popularizar la egiptomanía y estimular los primeros intentos de descifrar los jeroglíficos. Esta obra, con numerosos comentarios sobre la campaña militar y la expedición científica, editada en tres tomos, incluye 141 grabados realizados por él mismo. Resultó un verdadero éxito, con cuarenta ediciones en varios idiomas a lo largo del siglo xix.



Piedra de Rosetta (Museo Británico).

Transcripción de la parte superior de la piedra de Rosetta, en escritura jeroglífica

Transcripción de la parte intermedia de la piedra de Rosetta, en lengua egipcia demótica

Transcripción de la parte inferior de la piedra de Rosetta, en lengua griega

Thomas Young (1773–1829), por Henry Perronet Briggs. Físico inglés, uno de los primeros en demostrar que algunos jeroglíficos de la piedra de Rosetta representaban los sonidos de un nombre real, el de Ptolomeo.

Carta de Thomas Young (10 de febrero de 1818) pidiendo a William Bankes que buscara estos jeroglíficos mientras estaba en Egipto. Los significados que sugería eran en su mayoría correctos, pero no pudo hallar cómo los signos transmitían su significado.

Jean-François Champollion (1790-1832), por Léon Cogniet — Musée du Louvre. Historiador, lingüista y egiptólogo. Consiguió descifrar la escritura jeroglífica gracias al estudio de las transcripciones de la piedra de Rosetta.

Champollion con traje egipcio, pintura al pastel de G. Angelelli, 1828.

Manuscrito de Champollion relacionando los jeroglíficos con los signos demóticos y el alfabeto griego.

La piedra de Rosetta en exhibición en el Museo Británico en 1874. En 1802 el rey Jorge III presentó la Piedra de Rosetta en el museo.

Una copia gigante de la piedra de Rosetta, de Joseph Kosuth en Figeac, Francia, lugar de nacimiento de Jean-François Champollion.

El hallazgo más importante de la expedición Napoleónica no fue obra de los científicos, sino de un soldado: la piedra de Rosetta. El 19 de julio de 1799, mientras los franceses cavaban trincheras en torno a la fortaleza medieval y enclave portuario de Rachid, o Rosetta, para prevenir un desembarco británico, un soldado dio con el pico en una piedra de gran dureza. Al extraerla creyeron que era de basalto pero las recientes limpiezas han revelado que se trata de roca de granodiorita gris con vetas rosas. Su tamaño era considerable, y poseía inscripciones en tres bloques de distintos signos: jeroglífico, demótico y griego.

El oficial que dirigía aquel contingente, Bouchard, ordenó sacar copias de las inscripciones. Se trataba de una sentencia del rey Ptolomeo, fechada en 196 a. C. Al rendirse los franceses en 1801, los británicos se hicieron con la piedra y la enviaron a Londres. Las copias, sin embargo, llegaron a Francia. Años más tarde Jean-François Champollion, a partir del texto griego, buscó las equivalencias en los jeroglíficos y estableció el código con que poder descifrarlos.


—Porque el contagio llegó a Europa con las tropas inglesas y francesas que regresaron tras la derrota de Napoleón en Egipto, donde la enfermedad era endémica. Don Crispo, viendo que los síntomas se iban agravando y extendiendo al grueso de la tripulación, que se encontraban a medio camino y que los esclavos aún no se habían contagiado, comprendió que había una única manera de salvarse y que debía actuar rápido.

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Mameluco egipcio con vestimenta ordinaria (1778)

Mameluco completamente armado.

Soldado mameluco a caballo (1810).

La Batalla de Austerlitz. 2 de diciembre de 1805 (François Gérard)

La capitulación del general Mack y el desfile de las tropas austriacas ante Napoleón , de Charles Thévenin.

Litografía rusa (autor desconocido) que representa la batalla entre los caballeros rusos de la guardia de Repnin y la caballería francesa de la Guardia Imperial en Austerlitz.
Nikolay Grigorievich Repnin-Volkonsky (1778 - 1845) general ruso, por George Dawe. Comandó un regimiento de la Guardia Rusa en Austerlitz, donde fue hecho prisionero (1805). Devuelto a la libertad por el Tratado de Tilsit, en 1809.

En Dos de mayo, Francisco de Goya representó a un rebelde madrileño que se dispone a matar a un mameluco tirándolo de su caballo. Este cuadro grabó la imagen de los mamelucos en la retina de los españoles. Museo del Prado.

Interior del complejo Qalawun (1283), El Cairo.  Construido para el sultán Qalawun por el arquitecto Amir 'Alam al-Din Sanjar al-Shuja'i 

Minarete de la mezquita de al-Maridani (1503-1504), El Cairo

Mezquita-madrasa del Sultán Hasán (1356-1359), El Cairo

Baptisterio de San Luis, pieza expuesta en el Museo del Louvre, París. Objeto de arte islámico, en latón martillado, adornado con incrustaciones de plata, oro y pasta negra, creado por el chapador de cobre Muhammad ibn al-Zayn, bajo el gobierno de la dinastía mameluca.

Los mamelucos (del árabe mamlūk, “tener algo en propiedad”) fueron miembros de una milicia de esclavos liberados al servicio de varios gobernantes musulmanes, que ocuparon el poder en numerosas ocasiones. Los reclutaron entre los niños cautivos no musulmanes del actual Turkestán, el Cáucaso ( circasianos, georgianos, etc.), Europa del Este ( eslavos orientales ) o el sur de Rusia. Los niños recibían educación religiosa musulmana y entrenamiento militar. Cuando alcanzaban la edad adulta, el sultán o el emir los liberaba y les proporcionaba equipo y salario. A lo largo de su vida conservaban el espíritu de cuerpo o asabiyya, y algunos alcanzaban importantes puestos de mando militar.

Los primeros mamelucos formaron, en el siglo IX, la guardia de los califas abasíes en Bagdad. En Egipto procedían de la guardia del sultán ayubí a quien derrocaron en 1250. Los cuarenta y nueve sultanes de la dinastía mameluca gobernaron el estado islámico más poderoso de su tiempo, que abarcó Egipto, Siria y la península Arábiga, desde 1250 hasta que los otomanos tomaron el poder bajo el reinado del sultán Selim I en 1517. Después de la conquista otomana, los mamelucos mantuvieron un papel importante en la provincia, hasta la masacre de sus líderes por parte de Mehemet Ali en 1811.

Durante la campaña egipcia dirigida por Bonaparte, algunos mamelucos se unieron a él y lo siguieron hasta Francia, incorporándose a un escuadrón de la caballería ligera de la Guardia Imperial. El 2 de diciembre de 1805, cargaron contra la caballería de la guardia imperial rusa en Austerlitz, capturando a muchos prisioneros, entre ellos su general, el príncipe Repnin. Presentes entre las tropas de ocupación francesas en Madrid que combatieron al pueblo sublevado el 2 de mayo de 1808, fueron una causa más del odio de los españoles contra Napoleón. Después de la caída del Primer Imperio, se dispersaron.



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