El gato tuerto I

 


Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre llegando a La Habana el 22 de febrero de 1960. Fueron recibidos por Carlos Franqui (director del periódico Revolución), Guillermo Cabrera Infante (director de la revista cultural Lunes de Revolución), Virgilio Piñera y José Baragaño.

Fidel Castro con Beauvoir y Sartre en una lancha, 1960

El Ché recibe en el Banco Nacional de Cuba a Beauvoir y Sartre, 1960. Fotografía de Korda.


Jurado del primer Premio Casa de las Américas en un estudio de televisión: Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Miguel Otero Silva, Benjamín Carrión, Roger Callois y Miguel Ángel Asturias.

Reunión del jurado de novela del premio Casa de las Américas de 1964, integrado por Lisandro Otero, Camila Henríquez Ureña, Italo Calvino, Fernando Benítez y Ángel Rama.

El arquitecto Vittorio Garatti y Alberto Moravia en las escuelas de arte, durante una visita del escritor a Cuba (años 60).

Recorrido por la provincia de Oriente. Entre otros, Antonio Saura y Mario Benedetti, 1966.

Reunión del Comité de Colaboración de la revista Casa de las Américas en 1969. Entre los miembros destacan:  Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Mario Benedetti.

Premio Casa de las Américas 1969, con Paco Urondo, Ángel Rama, Chiki Salsamendi y José Agustín Goytisolo en el Salón de Presidencia de la Casa de las Américas

En 1971 el escritor Jorge Edwards llegó a La Habana con la misión de reanudar las relaciones diplomáticas entre Cuba y Chile, siendo Allende presidente. Fue expulsado por Castro a los tres meses.

En sus inicios, la revolución proyectaba la imagen de estar construyendo una realidad distinta, llena de ideales y profundos cambios sociales, abierta a un mundo cultural libre. El fervor de quienes así lo creían y el poder de seducción de Fidel contagiaron a intelectuales de medio mundo, que apoyaron el movimiento sin reservas: Sartre, Beauvoir, Moravia, Calvino, los hermanos Goytisolo, Asturias, Donoso, Paz, Edwards y los cuatro jinetes del boom latinoamericano, Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes, entre los más destacados. La identificación de los autores del realismo mágico con la revolución cubana cohesionaba a los escritores de habla hispana, salvo la voz disonante de Borges.

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Fachada de El gato tuerto en la actualidad.

Casona No. 14 de la calle O en el Vedado (1940), antes de ser adquirida y reformada para abrir El gato tuerto; inaugurado el 31 de agosto de 1960.

Interior de El gato tuerto cuando se inauguró.

Felito Ayón en La bodeguita del medio, años 50.

Nicolás Guillén dice sus poemas, disco publicado por El gato tuerto, aprincipios de los años 60. Guillén recita El abuelo.


Elena burke canta Delirio de Cesar Portillo de La Luz.


Omara Portuondo, La era está pariendo un corazón, 1984. Canción compuesta por Silvio Rodríguez  (1968)


 Moraima Secada - Si me comprendieras

Muchos de estos intelectuales pasaron largas noches en El Gato Tuerto, una vieja casona de dos pisos situada frente al hotel Nacional, restaurada por Felito Ayón y sus amigos a comienzos de la revolución, lugar de encuentro de intelectuales, artistas y músicos. Un espacio concebido para la tertulia, apreciar y comprar obras de arte, libros y discos, cenar, tomar una copa o escuchar música en directo; donde Felito ejercía de anfitrión con su cordialidad exquisita. Allí se presentó el disco Nicolás Guillén dice sus poemas, editado por el propio sello de El Gato Tuerto, y allí se consolidó un género de música muy cubano, el filin, en las voces de Elena Burke, Omara Portuondo o Moraima Secada.

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Retrato de Nicolás Guillén, por Mario Carreño.

Nicolás Guillén Urra, padre.

Las fuerzas del General Gómez entrando en uno de los pueblos de Camagüey durante la guerra de La Chambelona, 1917.

Nicolás Guillén en 1928

Lorca con unos chicos cubanos, 1930.

Con Langston Hughes, años 40

De izquierda a derecha los escritores Nicolás Guillén, Félix Pita Rodríguez, Se-U, Nordahl Grieg y Sigvard Lund. Alrededores de Torija (Guadalajara), julio de 1937. Fondo Guillermo Fernández Zúñiga. Autor Walter Reuter.
Los escritores cubanos Fidel Pita Rodríguez, Nicolás Guillén y Alejo Carpentier en una de las sesiones del Congreso de Escritores Antifascistas (Valencia, julio 1937).

Con Langston Hugues, Michael Koltyov y Ernest Hemingway, durante la Guerra Civil española, 1937

Nicolás Guillén en 1942

Con su mujer, Rosa Portillo.

Con Rafael Alberti y Mª Teresa León en el recibimiento a Neruda (Buenos Aires, 1949)

Guillén saludando a Castro, 1960.

Con Wifredo Lam, 1963

Con Bola de Nieve, Rafael Alberti y Mª Teresa León (La Habana, 1960)

Con Bola de Nieve, años 60

Palabras de despedida a Bola de Nieve, 4 de octubre de 1971

Caricatura de Cárdenas

Con Ana Belén, UNEAC, 1980

Con Serrat, UNEAC, 1981

Nicolás Guillén (Camagüey, 1902 - La Habana, 1989). Poeta, periodista, activista político y escritor. Considerado el poeta nacional de Cuba.

En 1917, la reelección impuesta del presidente García Menocal provocó el alzamiento en armas de los liberales que derivó en una guerra civil, conocida como «La Chambelona». El padre de Guillén, periodista, que pertenecía al partido Libertad y había fundado un diario, fue asesinado por fuerzas gubernamentales que destruyeron su imprenta. La muerte de su padre, además de suponer la ruina económica de la familia, dejó una huella imborrable en el poeta, si bien no evocaría sus recuerdos hasta la década de los 50, en su Elegía camagüeyana.

Comenzó a estudiar derecho en La Habana, pero sus escasos recursos le obligaron a abandonar la carrera y trabajar como tipógrafo y periodista. Su poesía fue publicada en varias revistas desde principios de los años 20; su primera colección, Motivos de son (1930), estuvo fuertemente influenciada por su encuentro ese mismo año con el poeta afroamericano Langston Hughes y con García Lorca. Hughes le sugirió a Guillén que utilizara los ritmos del 'son' en su poesía, tal y como él había hecho con el blues y el jazz. West Indies, Ltd., publicada en 1934, fue el primer poemario de Guillén con implicaciones políticas. A pesar de que el régimen dictatorial de Machado fue derrocado en 1933, la represión política se había intensificado. Después de ser encarcelado en 1936, Guillén se unió al Partido Comunista. Viajó a España para asistir al II Congreso Internacional de Escritores y cubrió la Guerra Civil española como reportero de una revista.

Después de regresar a Cuba, se presentó como comunista en las elecciones locales de 1940. Esto provocó que se le negara la visa para ingresar a los Estados Unidos al año siguiente. Inicia una gira por varios países de Latinoamérica. En 1953, después de estar en Chile, el gobierno de Batista le negó el reingreso a Cuba y pasó cinco años en el exilio, viviendo en varios países de Europa y América. Volvió con el triunfo de la revolución cubana de 1959. A partir de 1961 ocupó más de 30 años la presidencia de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ya sabéis, cuya sede se encuentra en esa joya del modernismo catalán en el Vedado que perteneció a Juan Gelats. 

Después de que Adolfo Suárez realizara en 1978 una visita oficial a la isla (la primera de un jefe de gobierno occidental a la Cuba revolucionaria), muchos artistas españoles se acercaron a saludar a Guillén en la UNEAC. Aunque España y Cuba mantuvieron relaciones diplomáticas y comerciales después de 1959, a pesar del anticomunismo de Franco, de la expulsión de su embajador Lojendio en 1960 y de que este puesto quedara vacante quince años. Tanto fue así, que Castro declaró tres días de luto oficial en Cuba tras la muerte de Franco.

Recibió el Premio Stalin de la Paz en 1954 y en 1983 el Premio Nacional de Literatura de Cuba.

Elena Burke

Celia Cruz, la Sonora Matancera y las mulatas de fuego.

Celia Cruz, la Sonora Matancera y las mulatas de fuego.

Debut del Cuarteto D’Aida en el programa de televisión cubana el Carrusel de las Sorpresas (16 de Agosto de 1952). Elena Burke, Moraima Secada, Omara Portuondo y Haydée Portuondo, bajo la dirección de Aída Diestro al piano.

Cuarteto D’Aida la Habana: Elena Burke, Omara Portuondo, Moraima Secada ,Haydee Portuondo y Aída Diestro. Tropicana, 1955.

Cuarteto D'aida cantando cahita.


Elena burke cantando filing

Elena Burke y Memé Solís, en la puerta del club 21.

Elena Burke y Memé Solís.

Elena Burke (La Habana, 1928 - Ibidem, 2002). Una de las artistas más emblemáticas de la música cubana. Conocida como la "Señora Sentimiento", por su manera personal de interpretar los temas y su participación en el movimiento del filin; sin embargo, destacó por su versatilidad, cantando boleros, beat, pop, son o baladas románticas.

Se inició en el mundo artístico en  los años 40 en varios programas de radio, de las cadenas CMC y CMQ Radio. 

Antes de iniciar una sólida carrera como solista, Elena Burke había pertenecido al conjunto Las Mulatas de Fuego, creado en 1947 por el coreógrafo Rodney. También formó parte en varios cuartetos, el más famoso de los cuáles fue el creado por Aida Diestro, en el que coincidió con Omara Portuondo y Moraima Secada. 

Se distinguió por una afinación excepcional y un estilo sobrio, su repertorio incluyó a autores tan variados como César Portillo de la Luz, Marta Valdés, Meme Solís, Orlando de la Rosa o Sindo Garay, . Entre sus acompañantes figuran, entre otros, Dámaso Pérez Prado, Enriqueta Almanza, Meme Solís y el guitarrista Froylán Amézaga, que trabajó junto a ella durante más de quince años.

Su hija, Malena Burke, y su nieta, Lena Burke, ambas cantantes y exiliadas en Miami, pudieron asistir a su funeral en La Habana.​

Omara Portuondo
Esperanza Peláez, madre de Omara, 1930

Bartolo Portuondo, padre de Omara

El cuarteto d'Aida con Nat King Cole en Tropicana, 1956.

Recibiendo el Grammy latino en 2009

Recibiendo el Grammy Latino a la Excelencia Musical en 2019

Omara Portuondo y Compay Segundo, Veinte años, Heineken Concerts 1999


Omara Portuondo, Siboney

Omara Portuondo (La Habana, 1930). Su madre, Esperanza Peláez, provenía de una familia adinerada de ascendencia española que decidió escaparse y casarse con un jugador de béisbol profesional negro, Bartolo Portuondo. 

Omara se unió al grupo de baile del Cabaret Tropicana a finales de los años 40, siguiendo a su hermana mayor, Haydee. También bailó en las Mulatas de Fuego y en otros grupos de danza. A principios de los años 50 cantó para la Orquesta Anacaona y, en 1952, ambas hermanas se incorporaron al cuarteto d'Aida, 

Portuondo ha colaborado con importantes músicos cubanos durante su dilatada carrera, entre ellos Julio Gutiérrez , Juanito Márquez y Chucho Valdés. Principalmente conocida por su interpretación de boleros y filin, ha grabado en una amplia gama de estilos, desde jazz hasta el son cubano. Desde 1996, ha sido parte del proyecto Buena Vista Social Club, realizando numerosas giras y grabando varios álbumes con el conjunto. Ganó el Premio Grammy Latino al Mejor Álbum Tropical Contemporáneo en 2009 y Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical en 2019.

Moraima Secada, años 60

Moraima Secada, años 50

 Orquesta Anacaona. Moraima Secada, primera de izquierda a derecha.

 El Cuarteto D’Aida original.  De izquierda a derecha: Moraima, Elena, Haydeé y Omara

El Cuarteto D’Aida en un programa de televisión Omara, Elena, Haydeé y Moraima. 
Década de los 50.

Moraima con el Cuarteto de Meme Solís en un estudio de la televisión en Cuba.

Primer Cuarteto de Meme Solís, a la izquierda, con Horacio Riquelme, Moraima Secada y Ernesto Marín. 
La aeronave involucrada en el atentado del vuelo 455. Foto tomada en Barajas unos meses antes un año antes.

Lugares donde los terroristas colocaron las bombas.

Lázaro Serrano Mérida, más conocido como Channy Chelacy, sobrecargo de Cubana Aviación y compositor cubano, marido de Moraima Secada.

Omara Portuondo, Moraima Secada y Elena Burke cantan 
Amigas, 1983.

Moraima Secada (Santa Clara, 1930 - La Habana, 1984). Cantante cubana, una de las más populares intérpretes del filin. Tía del cantautor latino Jon Secada.

En 1940, con diez años de edad, Moraima, ya en La Habana, se presentó en el programa de radio La Corte Suprema del Arte, de la emisora CMQ, ganando uno de los primeros premios cantando el pasodoble «Valencia», del compositor español José Padilla.

En 1950, Moraima Secada inicia su carrera artística con la orquesta femenina Anacaona, donde conoció a Omara Portuondo. Coincidió con Omara y Elena Burke en el cuarteto d'Aida hasta 1960, cuando debutó con el cuarteto Los Meme, con Memé Solís, actuando poco después en El Gato Tuerto. Más adelante, inició su carrera como solista, convirtiéndose en una de las cantantes más carismáticas de Cuba.

En 1976 el vuelo 455 de Cubana de Aviación sufrió un sabotaje  con dos artefactos explosivos y cayó al mar cerca de Barbados, muriendo todos sus pasajeros. Se atribuyó a varios terroristas cubanos exiliados, entre otros a Posada Carriles. En ese vuelo viajaba el marido de Moraima.

Omara, preocupada por el estado de salud de Moraima, convenció a Elena para rememorar los tiempos de d'Aida y desde 1979 cantaron unidas en algunos programas de televisión. En 1983 cantaron "Amigas", de Alberto Vera y participaron en el homenaje de este compositor, organizado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Felito Ayón, entrevistado en la revista cultural Estudios, 1950, foto de Armando Torga. 

Alejo Carpentier en la época que se hizo cargo de la Imprenta Nacional de Cuba.

Guillermo Cabrera Infante, 1964, fotografía de Ida Kar.

Caja de puros Margaritas, de la marca Punch

Puros Margarita, entre otras vitolas de la marca Punch

Mapa dibujado por un espía, novela póstuma de Guillermo Cabrera Infante en la que narra sus últimos meses en Cuba (Galaxia Gutenberg, 2013).

Al entrar Eliana y Atamante en El Gato, Felito se levantó a saludarla, tan amable como siempre. Le habló de su nuevo trabajo de diseñador-jefe de la Imprenta Nacional, que dirigía Carpentier. Luego bajó la voz y le preguntó con cierta ansiedad:

—¿Sabes que por fin pudo salir Guillermo?

—Lo sé. —Eliana bajó la vista.

—He conseguido verle después de buscarle por media Habana, andaba con una muchacha... Le he regalado una caja de tabacos, unos margaritas de Punch, espero que los disfrute por aquellas tierras. —Intentó sonreír Felito.

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Felito Ayón, entrevistado en la revista cultural Estudios, 1950, foto de Armando Torga.
Ayón declaraba: "No me cansaré de decir que Trailer de sueños es un libro hecho sin concesiones".





Trailer de sueños, agosto de 1949, incluye tres cuentos de Enrique Labrador Ruíz, ilustrados por René Portocarrero. Se hizo una edición de 300 ejemplares para venta al público, otra especial para bibliófilos de 27 (identificados con las letras del alfabeto) y 3 más con los signos zodiacales de sus propietarios (el autor, el ilustrador y el impresor).




 Carlos Enríquez ilustró el poemario Corcel de fuego (1948), de Félix Pita Rodríguez, que Felito Ayón convirtió en una joya para bibliófilos. La tirada fue de 500 ejemplares numerados.

Pared con tres cuadros de Carlos Enríquez, de arriba a abajo: La Haitiana, Paisaje con Caballos y El Corcel de Fuego. No está claro que sea la cocina de Felito, pero es muy probable que al menos El Corcel de Fuego estuviera allí.
Las tetas de la guajira, Carlos Enríquez, 1930

Mujeres junto al río, Carlos Enríquez

Cabrera Infante consideraba a Felito el único impresor realmente moderno que había en Cuba antes de la revolución. Además de editor, era un hombre imprescindible dentro del panorama intelectual y artístico de la ciudad. Como mecenas, le disputaba a María Luisa Gómez-Mena el honor de poseer la mejor colección de pintura cubana contemporánea; solo que él la tenía colgando de las paredes de su casa, incluida la cocina. Por su increíble capacidad de adaptación y sus raras dotes miméticas, algunos lo confundían en una exposición con el pintor más bohemio y en la presentación de un libro con el escritor más erudito. 

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Felito Ayón en la bodeguita del medio, que él mismo bautizó, años 50.

En 1942 Ángel Martínez compra la bodega La Complaciente en el mismo corazón de la Habana Vieja, convirtiéndose en Casa Martínez, como bodega que vendía bebidas y productos típicos. En 1950 cambia el nombre oficialmente a Bodeguita del medio. 

Alicia Alonso, Wifredo Lam y Ángel Martínez, años 50.

Nat King Cole y su mujer, María, con el matrimonio Fox, dueños del Tropicana, entre otros. 1958. 

El trío Matamoros, años 50.

Célebre frase de Hemingway, inmortalizada en La bodeguita del medio.

Hemingway y su mujer, Mary, con Spencer Tracy en Floridita, durante el rodaje de El viejo y el mar, 1958.

Nicolás Guillén y René Portocarrero, años 50.

Agustín Lara observando cómo toca Sindo Garay, sentado a la izquierda Felito Ayón. 1952.

Rosita Fornes, Agustin Lara, el fotógrafo Armand y su mujer en la bodeguita del Medio, en los 50, La Habana, Cuba.

En cualquier reunión, su blanca risa de mulato se abría paso desde su boca de dimensiones mitológicas y devoraba todos los fantasmas que hubiera alrededor. Su influencia era tal que una frase suya acuñaba nombres imborrables. Así le ocurrió a la bodega que se encontraba al lado de su imprenta, la casa Martínez, tras persuadir al propietario de que sirviera comidas a sus clientes y amigos, a los que citaba en la «bodeguita del medio» de su cuadra.

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La bodeguita del medio, foto de Korda.

Alberto Korda delante de su retrato icónico de El Ché.

La modelo cubana Nidia Ríos, en una fotografía de 1956


Natalia Méndez, "Norka", la modelo más célebre de Cuba y segunda esposa de Korda.

Julia. Brisas del mar (1957). 

Fotografía de miliciana cubana, 1960.

Apretón de manos entre Hemingway y Castro durante la presentación del trofeo de pesca de Hemingway el 15 de mayo de 1960, que ganó Fidel.

Fidel Castro en Sierra Maestra, 1958.


Fidel Castro y El Ché jugando al golf, 1959.

Fidel visita el Zoológico del Bronx, en Nueva York (24 de abril de 1959)

Fidel Castro y El Ché pescando, 1960

Alberto Díaz Gutiérrez, más conocido como Alberto Korda o Korda (La Habana, 1928 - París, 2001). Fotógrafo cubano, recordado por su famosa imagen "Guerrillero Heroico" del Che Guevara. Korda era fotógrafo del diario cubano Revolución cuando tomó aquella icónica imagen del Che, mirando el cortejo fúnebre de los muertos en el atentado terrorista al barco La Coubre, el 5 de marzo de 1960.

En los primeros años, Korda se convirtió en el primer fotógrafo de moda de Cuba. Su segunda esposa, Natalia (Norka) Menéndez, era una conocida modelo cubana. A Korda no le gustaba la iluminación artificial; decía que era "una parodia de la realidad" y que solo usaba luz natural en su estudio. Fue un maestro de la fotografía en blanco y negro que buscaba una composición y un encuadre perfectos. Tenía una ambición creativa que contrastaba con la perspectiva cultural de la fotografía tradicional cubana.

Después de la revolución, Korda se convirtió en el fotógrafo personal de Fidel Castro durante 10 años, acompañándole a viajes y reuniones con personalidades extranjeras. A partir de 1968 se concentró en la fotografía submarina.

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