Abriendo zanjas oscuras

 


Diferentes especies de hormigas Atta (sobre todo Atta cephalotes, Atta laevigata y Atta mexicana) se consumen en varios países de Latinoamérica, especialmente entre algunos pueblos indígenas de América, quienes las consideran un manjar. 

Atta es un género de hormigas que, junto con Acromyrmex conforman las atinas (Attini) cortadoras de hojas. Son hormigas grandes, cuyas reinas pueden alcanzar más de 2 cm de longitud. Pertenecen a este género cuarenta y una especies, distribuidas por América, desde cabo de hornos hasta el norte de México y sur de Estados Unidos.

—Secundino, ¡no quiero que nadie me vuelva a llamar Ata!

—¡A ver, qué es esta llorera por un simple nombre! —intentó tranquilizarle—. Cuéntame qué te ha pasado.

—El profesor de ciencias naturales ha hablado de las hormigas «atta», con dos tes.

—¿Y eso qué tiene de grave, si puede saberse?

—Pues que a esas hormigas las llaman culonas. —Atamante, después de varios hipidos, continuó—: Toda la clase se ha vuelto hacia mí, gritando con retintín: «¡Culona!».

—Se les pasará. Lo que tienes que hacer es no inmutarte, en cuanto vean que no te afecta, dejarán ese juego. Cuando seas un poco mayor, te darás cuenta de que un trasero respingón es un buen reclamo para las chicas.

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El Teatro Marítimo es uno de los primeros edificios de la villa (año 118), por lo que se ha interpretado que fue la primera residencia de Adriano. Un pórtico con columnas jónicas rodea un canal, ambos en forma de corona circular, que encierra una isla de 45 m de diámetro, donde se situaba la residencia que incluía un porche alineado con la entrada, un pequeño jardín, un complejo termal y letrinas. 


Vista panorámica de Villa Adriana.
Templete de las musas construido por don Aurelio.

—Este sector del jardín lo mandé modificar al enterarme de que ibas a nacer. Me inspiré en el teatro marítimo de Villa Adriana, simplificando el diseño.

Don Aurelio se rascó la cabeza, buscando una forma sencilla de explicarle las diferencias, pero le salió un recuento pormenorizado: evitó la muralla exterior para dejar el conjunto diáfano; donde había un pórtico cubierto por una bóveda de cañón, diseñó una simple columnata; mantuvo la isla circular rodeada de un canal y sustituyó la domus romana de su interior por un templete con la cúpula soportada por esculturas de musas. Como allí, se accedía a la isla central a través de dos puentes de madera.

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Busto de Antínoo de la Villa Adriana, en Tívoli. Actualmente en el Louvre.

Busto de Antínoo.Hacia mediados del siglo II. San Petersburgo, Museo Estatal del Hermitage.

Adriano y Antinoo. Museo Británico. Londres

Antínoo como Aristeo, descubierto en el siglo xvii en Roma, hoy en el Louvre.

Antinoo como Dionisos, restaurado por Giovanni Pierantoni. Vaticano.

En Egipto sería identificado con Osiris, puesto que la muerte por ahogamiento durante la crecida sagrada del Nilo ya implicaba para los egipcios un motivo de exaltación, pues Osiris también se había ahogado en el río, de acuerdo con la mitología egipcia. Después de su deificación, Antínoo recibiría plegarias y podría curar a los enfermos.


—Era un espacio dedicado a la meditación —continuó don Aurelio—, en el que Adriano comenzó a escribir sus memorias.

También fue el lugar de sus encuentros con su joven y bello amante Antínoo, a quien Adriano deificó tras ahogarse en el Nilo, siendo todavía adolescente; el único mortal al que se le rindió culto sin pertenecer a una familia imperial, y por el que cientos de esculturas de Dionisos, Osiris, Apolo o Hermes recibieron la impronta de sus rasgos suaves y su mirada lánguida. Su padre le hurtó esa parte. 

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Las musas que se encuentran hoy en el ábside del museo del Prado fueron realizadas, a finales del reinado de Adriano (hacia 130 d. C.), por dos talleres romanos que reprodujeron modelos griegos del siglo II a. C. Hacia 1670 fueron adquiridas por la reina Cristina de Suecia (1626-1689) y expuestas en su palacio romano. Compradas por Felipe V llegaron en 1725 al palacio de La Granja de San Ildefonso.
Las ocho estatuas de mármol fueron halladas hacia 1500 en la Villa Adriana de Tívoli, donde decoraron el escenario del Teatro de la Academia u Odeón. 

—Espera, papá, no me digas los nombres de las musas, que me las sé de memoria. 
—¿Te los ha enseñado María? —Don Aurelio se arrepintió de mostrar esa familiaridad delante de su hijo.
—Venimos aquí cuando hace buen tiempo y dibujo las estatuas en un cuaderno. María dice que dibujo fetén. Luego ella les ponía los nombres.
—Buen ejercicio.
—Ya no hace falta, me los he aprendido y sé cuál es cada una, sin fallar: Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania. 
Aunque allí había ocho musas, la institutriz le dibujó la novena, variando algo la postura de Melpómene y cambiando sus atributos por los de Talía.
—Un día me tienes que mostrar tus dibujos, quiero ver tus cualidades artísticas.

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El manuscrito encontrado recientemente es sólo un esquema preparatorio para el definitivo que sigue perdido, un catálogo descriptivo de las esculturas reunidas por Felipe V y su esposa, Isabel Farnesio, en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso encargado a Ajello. "La descrizione de la celebre Real Galleria di San Yldefonso" nunca llegó a ser publicada por la negativa de Isabel de Farnesio, «poco satisfecha de las disertaciones, que había hecho el Padre Eutiquio Ajello». 

Euterpe dibujada por Eutiquio Ajello (1750-1759). Lápiz sobre papel. El Cuaderno de Ajello reproduce siete musas, olvidando la de Urania. Museo del Prado.

Calíope, dibujada para el acompañar el manuscrito de Eutiquio Ajello (autor desconocido, alrededor de 1755). Lápiz sobre papel. Museo del Prado. El dibujo forma parte del Cuaderno de Ajello, formado por un conjunto de cincuenta y nueve hojas sueltas, con dibujos a lápiz, destinadas a servir de modelo para la realización de una serie de grabados, que debían ilustrar el catálogo descriptivo encargado a Ajello.


El padre se incorporó y continuó:

—Hace tiempo conseguí una copia de las láminas del cuaderno de Eutichio Ajello, un abad que reprodujo como tú las esculturas originales de las musas.

Evitó abrumarle y no le mencionó que lo hizo en el palacio de San Ildefonso, invitado por Isabel de Farnesio, la mujer de Felipe V, que las había adquirido para España.

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Vista vía satélite del estrecho de Dardanelos o Helesponto de la Grecia clásica, ubicado entre Europa (península de Galípoli) y Asia. Comunica el mar Egeo con el mar interior de Mármara y su archipiélago.
Arcangelo Migliarini (1779 - 1865): Atamante preso de la Furia (1801). Academia de San Lucas.

Hele y Frixo: ilustración de un libro de 1902 en la que se reproduce un fresco de Pompeya datado entre el 45 y el 79 d. C.


Don Aurelio le indicó un canal que cruzaba aquel paraje.

—El estrecho que ves ahí representa la frontera natural entre Oriente y Occidente: Dardanelos, que los griegos llamaban Helesponto, el mar de Hele. ¿Por qué recibió este nombre? 

No esperó esta vez la respuesta. Le explicó con las palabras más sencillas que pudo que, a fin de evitar que se consumaran los planes malvados de su madrastra y que su padre sacrificara a su hermano Frixo, Hele y él huyeron montados en un carnero de oro alado; y que en cuanto este se elevó hacia el cielo, sintió vértigo y cayó en aquel lugar, inánime. 

—Hele era hija del rey Atamante, el mito al que debes tu nombre.

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A las 02:41 de la mañana del 7 de mayo de 1945, en los cuarteles del Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada en Reims, Francia, el jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las Fuerzas Armadas alemanas, el general Alfred Jodl, firmó el acta de rendición incondicional para todas las fuerzas alemanas ante los Aliados.

Miembros del Gobierno de Flensburgo arrestados por los británicos el 23 de mayo. En primer plano el almirante Karl Dönitz en uniforme, detrás el general Alfred Jodl en uniforme y Albert Speer, en abrigo civil. La caída del gobierno provisional y la victoria soviética en Praga significó la rendición absoluta de Alemania.
Noticia del ABC sobre la muerte de Hitler, siguiendo el comunicado oficial de los alemanes, dado el 1 de mayo por Karl Dönitz. La muerte de Adolf Hitler se produjo el 30 de abril de 1945 en el Führerbunker de Berlín; Hitler se suicidó con un disparo con arma de fuego en la cabeza,​ junto a su esposa Eva Braun, quien recurrió al envenenamiento por cianuro.
Los cuerpos de Hitler y de Eva Braun fueron enterrados y parcialmente quemados en una zanja abierta por una bomba en el jardín de la Cancillería alemana. Los registros guardados en los archivos soviéticos muestran que los restos quemados fueron recuperados y enterrados en lugares sucesivos hasta 1946 por orden de Stalin.​  Años más tarde, en 1970, Brézhnev pidió que los restos fueron exhumados nuevamente e incinerados, y las cenizas dispersadas en el río Biederitz.

A la izquierda, el telegrama del 24 de abril de 1945 en el que Hitler informa de su decisión de quedarse en Berlín, en respuesta al mariscal de Campo Ferdinand Schorner, que manda el primer telegrama, a la derecha, dirigido al “Führer y al Comandante Supremo de las Fuerzas Alemanas” el 23 de abril.

Eva Braun y Hitler con su perra Blondi en junio de 1942. Poco después de la medianoche del 29 de abril de 1945,​ se casó con Eva Braun en una sala de mapas del bunker. Esa misma tarde, Hitler se enteró de la ejecución de Mussolini por partisanos comunistas. Dudando de la eficacia de las ampollas de cianuro, Hitler ordenó que se hiciera una prueba con su perra, que murió al poco tiempo


Continuó diciéndole que la madrugada del día en que nació, el 7 de mayo de 1945, se acabó en Europa la guerra más letal y devastadora de la historia. Si bien hubo que esperar unos meses para que terminara en el Pacífico, don Aurelio no entró en detalles. Inmersos en aquel júbilo popular, incluso en España, su madre aceptó el nombre.

—¿Nací el mismo día que acabó una guerra? —remarcó el niño sorprendido.

—Sí, la Segunda Guerra Mundial.

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Cadmo matando al dragón, de Hendrick Goltzius (Bracht, 1558 - Haarlem, 1617) . Según la mitología griega, Cadmo mató un dragón y, aconsejado por Atenea, sembró sus dientes, de donde nacieron los Espartos, que lo ayudaron a construir la ciudad de Tebas.


Cadmo y la fundación de Beocia. Grabado del libro 3 (f. 22 v). Metamorfosis. Viana. Córdoba. Valladolid.1589. Santiago de Compostela. Biblioteca Xeral Universitaria.


Beocia es una región histórica de la Antigua Grecia. Se extiende a lo largo de la ribera norte del golfo de Corinto, al este de las históricas regiones de Etolia y al oeste del Ática. La capital y principal ciudad en tiempos antiguos era Tebas.

Varios ejemplares de raza Hereford originaria de Inglaterra, productora de carne. La primera importación de este ganado a Argentina se realizó a mediados del siglo XIX.


Continuó con el conflicto entre las esposas de Atamante, que simbolizaba la hostilidad de los habitantes de Beocia, eminentemente agrícolas, contra el incipiente pastoreo que traían los pueblos invasores; y terminó confesándole que la elección de su nombre había sido una ofrenda para que su inversión en las tres mil vacas Hereford diera sus frutos. Atamante no supo qué decir. No le quedó claro si Beocia estaba en Argentina o en Grecia. Solo entendió que dos hechos de alcance y carácter bien distinto se habían alineado para que su padre se decantara por el mito que tenía aquel horrible nombre, que había derivado en ese inmundo «Ata».

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Maqueta de un Clipper.

Maqueta de un Cuter
Maqueta de un Lugre


Maqueta de una Goleta

Maqueta de una Fragata


Maqueta de un Bergantín


La primera vez que su padre le habló de las maquetas de los barcos, lo hizo como si se tratara de un mero divertimento del tatarabuelo. No tuvo acceso al panel de mando hasta que cumplió doce años. Aquel día recorrieron todos los canales por donde navegaban las dos docenas de reproducciones en madera de clíperes, cúteres, lugres, goletas, fragatas y bergantines. Pese a la insistencia de su padre, le llevó mucho tiempo a Atamante aprender sus diferencias, los distintos diseños de sus gavias, la evolución de sus cascos y las velocidades en nudos que eran capaces de alcanzar. Se acercó a una miniatura de tres mástiles y, señalando cada uno de estos, le dijo:

—Desde la proa a la popa, se llaman trinquete, mayor y mesana.

En ese momento se acercó Secundino, se agachó y le dijo, tocando cada mástil:

—Trinquete porque casi trinca la proa; mayor porque es el más alto y grueso, como tu hermano Vigo, y mesana porque llevan las velas más lejanas.

Un guiño cerró su intervención.

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Jardín inundado.

Como don Aurelio, mostraba un cariño especial por Atamante, y fue él quien le enseñó a manipular las distintas palancas del panel de mandos. Cada una de ellas accionaba un motor eléctrico que, a través de unas cadenas sumergidas en los canales, impulsaban las maquetas. Había tantas cadenas como barcos, de manera que cada uno de ellos abría una zanja o brazal a su paso, regando las distintas áreas del jardín. Un día que Secundino tuvo que atender una petición de su madre y dejó las llaves puestas, Atamante se puso a jugar en el panel y tocar las palancas, abriendo y cerrando zanjas. Cuando oyó que volvía, intentó dejar las palancas igual que estaban, sin percatarse, ni él ni Secundino, nervioso tras su encuentro con doña Margarita, de que una de las acequias se había quedado abierta. Al día siguiente, Secundino se llevó las manos a la cabeza al comprobar que había estado abierta toda la noche, provocando la anegación de un continente. 

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Nogales

Caobas

Cedros

Robles

Olmos

Pinos


Una vez que su padre le llevó a la parte del jardín que representaba América del Norte, le explicó que allí don Crispo compró los clíperes más veloces del mercado. También le reveló que de los árboles plantados en aquella zona del jardín se obtenía la madera para las quillas, forros y cubiertas de los barcos.
—Estas maquetas reproducen fielmente barcos que fueron tripulados o propiedad de tu tatarabuelo —le dijo su padre ceremonioso.

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Entre las variedades de maderas adecuadas para forros y cubiertas de buques destacan el pino, olmo, roble, nogal, cedro y caoba. Las cuadernas o costillares del buque suelen ser de roble u olmo. Los mástiles, normalmente de pino u otras especies coníferas.

Retrato de sir George Ralph Collier con uniforme de capitán por William Beechey (1812-1815). Se le representa de pie en cubierta con una carronada a su derecha y San Sebastián al fondo.


HM Bergantín Black Joke y el HMS Sybille con sus capturas: bergantín español Providentia , bergantín brasileño Vengador Buenos Ayrean corsario Presidente bergantín El Hassey bergantín español El Almirante y bergantín Marianna, de Irwin Bevan (Museo Marítimo Nacional, RU).

Ahí tienes un ejemplo, el buque insignia Creole del West Africa Squadron, bajo el mando del comodoro sir George Ralph Collier —pronunció el nombre remedando y relamiendo el acento upper-class del propio sir—, que interceptó la goleta Ana María en la bahía de Benín.

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