Trovadores II (la peña de Sirique)


Era domingo por la tarde y doña Gloria le había llevado a aquel taller de herrería situado en la calle Santa Rosa, en el Cerro, en el que su dueño, Alfredo González Suazo, alias Sirique, reunía todas las semanas a viejos trovadores y soneros. Un hombre bajito, con aspecto de catedrático, se dirigió a Atamante:

Estimado amigo, resulta de un inmenso efecto emocional esta especie de resurrección artística a través de la religión de nuestros ritmos.

¿Ha dicho usted religión? ―inquirió Atamante, extrañado de que hubiera sobrevivido una religión al ateísmo doctrinario de la revolución.

Nuestro ritmo resulta, para la mayoría de los que nos encontramos aquí, una especie de religión que nos une desde hace más de medio siglo. El taller se ha convertido en un lugar de encuentro, donde se exaltan los valores culturales de nuestra nación; donde, a la vez que se corre el acero, se fraguan nuestros ritmos.

El viejecito, que lo había apadrinado, siguió contándole:

Sirique, un trovador aficionado como gran parte de nosotros, llegó a ser jefe de maquinarias en los talleres ferroviarios de Ciénaga. Más tarde montó en este local su propio taller de hojalatería y herrería hace cuarenta años. Aquel hombre que ve usted allá fue fundidor; aquel otro, sastre, y tendremos también algún barbero. Pero yo soy tabaquero, como muchos compañeros presentes. Las tabaquerías han sido un manantial incesante de nuestros ritmos.



Cuando Sirique fundó esta peña, formó un grupo de soneros jubilados al que bautizó Los Tutankamen y acuñó ese lema. Yo soy de las más jovencitas. ―Sonrió doña Gloria, ensayando unos mohines jactanciosos―. Mira, son los que van a tocar ahora. Los dirige Manolo Pla, el bongosero, que tenía un sexteto exitoso llamado Botón de Rosa.

Para doña Gloria, abstrayéndose de aquel entorno, los trovadores eran ruiseñores de la nostalgia, que le arrancaban lágrimas diamantinas haciéndole revivir un esplendor de La Habana ya irreconocible.

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 Las fotos están extraídas del documental La Herrería de Sirique (1966) del director Héctor Veitia, que puede verse en el enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=_GTz4g6HaNs


 

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