Trovadores IV (Coco mondansere)

 

―Y ahora, querido público, para finalizar, ya que ustedes han sido tan conscientes en la espera, van ustedes a escuchar la rumba columbia «Coco Mondansere» interpretada por el grupo Clave y Guagancó, que dirige el ilustre Mario Alán. ―Esta vez la presentación la hizo uno de sus propios integrantes.

El solista o gallo comenzó un lamento en lengua africana, llorao, que a Atamante le pareció semejante a una seguiriya. A sus lamentos contestaba el coro con un estribillo, en su mayor parte «coco mondansere». El resto eran frases sencillas y breves en español, salpicadas con algún vocablo yoruba. El compás era vertiginoso, incluyendo elementos rítmicos heredados de las fiestas de tambores, celebradas los domingos en los barracones de esclavos. Vestían ropa de guajiro, pañuelo al cuello y sombrero canotier.

…

En un momento dado, el percusionista que tocaba el cajón pequeño y agudo, quinto, dejó el instrumento y se puso a bailar. Sus pasos y movimientos, primero suaves y armoniosos, seguían el ritmo que marcaba el quinto, tocado ahora por el cantante, entablando un diálogo improvisado con las figuras rítmicas que le obligaban a demostrar su pericia, dando pasos cada vez más acrobáticos y vigorosos.

―Es el contrapunto del bailador ―continuó don Justo―. La interacción entre el bailador y el quinto se asemeja al ritual de los iremes.[1]

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 Las fotos están extraídas del documental La Herrería de Sirique (1966) del director Héctor Veitia, que puede verse en el enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=_GTz4g6HaNs

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[1] Espíritu reencarnado, personaje de la sociedad secreta Abakuá, indispensable en los ritos ceremoniales.